Hace 10 años el verbo “viralizar” aún no se había incorporado al diccionario de la RAE. Sin embargo, la acción de Rodrigo Cervetti, entonces arquero de Comunicaciones, recorrió todos los portales de internet y su blooper se instaló para siempre en los resúmenes anuales del fútbol argentino. “Quise salir jugando con un compañero y en el momento me arrepentí. Cuando quise retener el balón se me escapó y trágicamente terminó dentro del arco. Es algo que hasta hoy, todo el mundo recuerda. En todos los cierres de año en la televisión, soy candidato para estar ahí, pero ya hice el duelo. Uno ya lo toma con humor, es una página cerrada”, afirmó el cordobés.
El gol en contra ocurrió en julio de 2015 en un partido de la Primera B ante Atlanta que finalmente terminaría con goleada por 5-0 para los de Villa Crespo. Más allá de la anécdota, aquel momento fue difícil para Cervetti: “Hay errores de mayor magnitud que otros, pero está la fortaleza mental de cada uno para reconstruirse porque ahí no se terminó mi carrera. Fue una situación que me marcó y me llenó de aprendizajes, en la carrera del futbolista y más en la del arquero uno tiene que saber convivir con estas situaciones”.
En la actualidad, el jugador que comenzó su carrera en Instituto vive en Póvoa de Varzim, una ciudad del norte de Portugal en donde coordina una academia de fútbol desde hace dos años: «Ahora desde el lado que me toca como entrenador, lo importante es inculcarles a los chicos que el error es parte del proceso y que en su carrera deportiva van a errar mucho más que lo que van a conseguir, pero está en la fortaleza mental que uno tenga, poder continuar”.
¿Cómo superó aquel momento?
“Apenas ocurrió la situación yo quería que me tragara la tierra, pero todavía faltaban 87 minutos de juego. Había que tratar de reponerse. Fue un golpe duro en lo personal, pero hoy te lo puedo contar como una anécdota. Las semanas que siguieron fueron duras porque está la gente que tiene buenas intenciones y la que no. Recibí muchos mensajes de aliento de muchos jugadores de Primera y del exterior que me dieron ánimos. Traté de agarrarme de eso y de la familia que es la que más sufre”, confesó el exarquero cordobés.
Un vuelco que le cambió la vida
Pasado ese momento turbulento en su carrera volvió a su provincia natal por un tema de salud de su padre y consiguió el ascenso al Federal A con Racing de Córdoba. “De a poco empecé a darme cuenta de que se me iba terminando la carrera. No era tan grande, pero pensé en mi familia y abrí una escuela de fútbol que todavía sigue vigente. A partir de ahí cambió todo”, afirmó “Tato” Cervetti. A principio de 2020 lo llamaron de Instituto para que sea entrenador de arqueros para las inferiores del club y entre su escuelita y esta oportunidad tomó la decisión de dejar su vida como jugador: “Me contrató Instituto en enero, empezaron las vacaciones y el entrenador de arqueros que estaba en la Primera se fue del club. Me pidieron que lo cubriera pero estaba avisado de que era solo una prueba. Acepté el desafío, llegó la pandemia y al final continué yo en la Primera División. En 2022 logramos el ascenso con Lucas Bovaglio después de 17 años. Después de aquel hecho frustrante en 2015, vinieron cosas muy buenas como lograr algo con el equipo del que uno es hincha”.
La llegada a Portugal y su nuevo proyecto
En 2023 le llegó la propuesta que había esperado como jugador pero esta vez en otro rol, para ser entrenador de arqueros y coordinador de la Póvoa Pro Academy en Portugal. “Me salió esta oportunidad y lo analizamos con la familia. Se tomó la decisión, tuve entrevistas con las personas que manejan la academia, les gustó mi perfil, presenté un proyecto y se dio todo muy rápido. El contacto fue en abril de ese año y en julio comencé, ya estoy hace dos años”, comentó Cervetti.
La Póvoa Pro Academy es una academia de fútbol internacional en la que trabajan con jugadores de Estados Unidos, Panamá y Honduras. Lo que hacen es formar a los deportistas que vienen de otros países con la metodología de la academia para prepararlos para el fútbol europeo. El exarquero tiene un nuevo desafío para este año: “Quiero abrir el mercado de Argentina con la idea de hacer una experiencia en diciembre: el Portugal Challenger. La idea es que participen entre 20 y 25 chicos de 15 a 18 años durante 15 días de entrenamiento, que incluye todo: gimnasio, nutricionista y psicólogo, alimentación y el hotel que queda a una cuadra del mar. Además los chicos tendrán entre cuatro y seis amistosos de buen nivel y si dentro de esos partidos algún jugador se destaca, se puede generar una prueba”.
Cervetti hace énfasis en que hay muchos proyectos parecidos a este que ofrecen una prueba pero que luego no cumplen con lo prometido: “La diferencia es que nosotros no ofrecemos pruebas. La idea es hacer un producto que sea continuo en el tiempo. Tenemos un convenio con el predio Legión Cordobesa que va a estar disponible desde septiembre a noviembre para que los jugadores puedan hacer una preparación antes de venir. El cupo de 20 a 25 jugadores es para que todos tengan posibilidad de mostrarse”.
Diferencias futbolísticas entre continentes
En la academia hay programas principalmente con jugadores de todos los países de América. Desde Estados Unidos van 30 jugadores en distintas épocas del año que coinciden con las vacaciones escolares. Por eso la idea de Cervetti es lanzar el Portugal Challenger para Argentina en la primera quincena de diciembre.
“Veo mucha diferencia entre países en la preparación de las divisiones inferiores. En Argentina hay jugadores con mucho talento, muy habilidosos, en Europa no están pero tienen la parte física más desarrollada. En Europa el jugador tiene poco contacto con el balón, juega a uno o dos toques”. El cordobés contó que lo que más trata de transmitir es la disciplina: “A los chicos de Estados Unidos, Honduras y Panamá trato de inculcarles el tema de la alimentación, porque comen mucha comida chatarra o con mucha grasa. En Honduras hay otra sede de la academia en la que se intenta achicar esa brecha y lo que más se trabaja es el descanso, la disciplina, la alimentación y que lleguen temprano a los entrenamientos. En el primer año Cervetti tenía cinco chicos, ahora tiene 20 y en el verano europeo ya tiene armado un campus con 50 inscriptos. Nunca se hubiera imaginado cuando hizo aquel gol en contra en el barrio de Agronomía, todo lo que la vida le tendría planeado en el Viejo Continente.